Vida en pareja LOS VIRUS PELIGROSOS DEL AMOR
En esta época cibernética, a lo que siempre estamos temiendo es a los virus que pueden hacer grandes estragos en nuestra computadora. La palabra "virus" es muy temida pues es sinónimo de peligro y hasta de "muerte" en el mundo cibernético. Dentro de la relación de pareja, también existen virus peligrosos que pueden llegar a destruirla. Ante la aparición de estos virus, la pareja debe estar alerta y combatirlos juntos. Uno de estos virus es el agoísmo. No puede haber una pareja feliz si uno de los dos, o los dos, se concentran solo en la satisfacción de sus propias necesidades y no en las del otro. El egoísmo mata muchos matrimonios y hay que poner especial atención en este problema, porque tienen que pensar en que el egoísta, afecta a la otra persona, y se afecta a sí mismo también, ya que los dos son una sola carne. Al momento de decidir casarse, los dos deben estar bien conscientes de que perderán parte de su individualidad y no podrán seguir pensando solo para sí mismos, sino que deberán pensar para los dos. Deberán adaptarse el uno al otro, en hábitos y costumbres, y aceptarse y tolerarse. Deberán tratar de agradarse y no desagradarse, ya que eso puede llevar al repudio y eso ahuyenta al amor.
La falta de sinceridad es otro virus que es un peligro para la relación matrimonial. Provoca la pérdida de la confianza y esto es algo muy difícil de recuperar. Cuando un miembro de la pareja descubre algo oculto en el otro, aunque sea esa única cosa que le ocultó, piensa que hay muchas más, y ahí nace la desconfianza. Mejor es sincerarse uno con el otro antes del matrimonio, para que después no surja ninguna duda ni decepción. "¿Por qué no me dijiste que tú..."en tono de reclamo, es una frase que no debe escucharse en una pareja. Si hay amor, debe haber tolerancia, comprensión, consideración, confianza y con todo esto, no tiene por qué existir temor a ser juzgados y condenados por la pareja.
El aburrimiento es otro virus que ataca lentamente en el matrimonio. Muchas parejas de edad madura sufren de aburrimiento y más jóvenes también. El aburrimiento, el tedio nacen de la rutina, la falta de creatividad, la falta de entusiasmo, de disposición. El matrimonio es algo que se debe estar refrescando constantemente. Hay matrimonios que ya ni siquiera se hablan, porque no saben de qué hablar. Es triste. A cualquiera de los dos le corresponde tomar iniciativas, sugerir hacer algo diferente, salir de la rutina. El hombre no debe olvidar que la mujer necesita escuchar que es amada, que es linda, que cocina rico. Estas pequeñas cosas mantienen vivo el entusiasmo y aunque las tareas del hogar sean siempre las mismas, se hacen con entusiasmo, con buen ánimo si él responde con halagos. Igualmente ella debe saber que el hombre necesita halagos también, necesita saberse admirado, así que ella debe brindarle palabras que lo hagan sentirse bien, necesitado, amado.
Hay que llegar a conocerse lo mejor posible para saber qué le agrada y que no le agrada a la pareja, para así procurar hacerlo y evitar desagradarle. De esta manera se combaten a los virus que ponen en peligro el amor y por consiguiente, el matrimonio.
Angélica García Sch.
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