Senda joven ¿FRIO O CALIENTE?

"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente!. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".
Apocalipsis 3:14-16

¿Recuerdas cuando eras niño(a)? Seguramente jugaste el juego de adivinar dónde estaba escondido un compañero de juego o algún objeto. Cuando te ibas a cercando a él, los demás te gritaban: "¡caliente, caliente!", cuando te alejabas te gritaban: "¡frío, frío!" y cuando no estabas ni cerca ni lejos te decían: "¡tibio, tibio!". Esto era solo un juego, pero se asemeja a algo muy serio que nos dice Dios, respecto a tu cercanía o lejanía de El.
Quizá en este año que acaba de pasar, te hayas alejado de Dios y tu frialdad se ha notado en tus obras. Tal vez al comienzo de este nuevo año te estés prometiendo a tí mismo(a) volver a acercarte a Dios, porque sabes que no estás bien con El. Para estar bien con El, no basta con asistir regularmente a la iglesia, se tiene que ver fuera de la iglesia. Todo este tiempo que has estado alejado de El, le has estado sirviendo a otro, ese otro te ha estado utilizando, ya no le sirvas más y empieza a servirle a Dios, verás que es verdaderamente gratificante.
Quizá digas: "He estado asistiendo a la iglesia todos los Domingos, estoy bien con Dios"...pero, te tienen que sacar de la cama con grúa cada Domingo y vas a regañadientes. Dios se da cuenta de todo eso, eso es tibieza y... revisa Apocalipsis 3 del 14 al 16. Ir a la iglesia solo por cumplir es simple religión y si te dices cristiano(a), no eres una persona religiosa.
¿Cuál es tu actitud como cristiano(a) en estos momentos?, ¿cómo crees que serías calificado(a)? ¿frío, caliente...tibio(a)?
Los afanes, presiones y tentaciones del mundo a veces parecen atraparte, pero eso se debe a que dejas que tu mente dirija tu vida y no la Palabra de Dios. La Palabra es el ancla que no te dejará a la deriva, te mantendrá seguro(a) y sujeto(a), te mantendrá completamente a salvo. Cuando recibes a Cristo, el Espíritu Santo empieza a obrar en ti y empiezas a notar ciertos cambios. Cuando te alejas de Dios, no es que el Espíritu Santo ya no tenga la fuerza para retenerte, eres tú quien no dejas que fructifique en ti, porque te interesan más las cosas del mundo.
Ordena tu vida de acuerdo al plan de Dios, deja que el Espíritu Santo de Dios, te guíe y te indique cuál es ese plan de Dios para ti. Regresa al camino, quizá no te parezca fácil, pero el Señor es fiel y si tú quieres realmente ser de su equipo, mejor entrenador no puedes tener, solo sigue sus instrucciones. Así como haces ejercicio físico para estar en forma, haz un ejercicio espiritual cada mañana, pídele a Dios que ese día actúe en tu vida. Haciendo ésto todos los días, El te ayudará a dar libertad a Su Espíritu y empezarás a ver los frutos, para no andar más en tibieza o frialdad, para convertirte en un ser humano digno de ser llamado un hijo de Dios.

"Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" Gálatas 5:24-25.

Angélica García Sch.