Monday, July 24, 2006

LAS DISCUSIONES EN LA PAREJA


Vida en pareja

LAS DISCUSIONES ENTRE LA PAREJA

Angélica García


"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" Efesios 4:31-32
Patty y Fernando llevan algunos meses de casados. Patty se encuentra en la cocina, él está en la sala viendo la televisión. Patty, en su afán por terminar de preparar la cena pronto, se quema con el borde de la olla. Siente una ola de ira que le sube desde el estómago. En esos momentos, Fernando le dice desde la sala:
- Amor, ¿trajiste mi traje de la tintorería?- A Patty se le había olvidado ir por el traje a la tintorería y ese fue el peor momento que pudo elegir su marido para preguntarle. Se asoma por la puerta de la cocina y le grita:
- ¿Que no podías pasar tú por él a la salida del trabajo?...¡Yo también trabajo y tengo que llegar a preparate la cena y a hacer cosas de la casa, mientras que tú llegas a descansar y a "echarte" ahí a ver la televisión!"...Fernando, sorprendido, se queda mirándola y piensa que él no merece que le grite su esposa y que bien podía hacerle ese favor, porque al fin es su deber ocuparse de él y si está trabajando, es porque ella quiere, pues él gana lo suficiente como para mantener la casa solo...Entonces le grita:
- ¡Si no ibas a ir por el traje, me lo hubieras dicho, lo necesito para mañana, te lo dije!, ¿no puedes hacerme un favor?"...- Patty, que está con el dedo bajo el chorro del agua, en la cocina, para calmar el ardor de la quemada, le grita desde ahí:
- ¡Ay no te hagas la víctima!...se me olvidó ir por el traje, ¿que no tengo derecho a que se me olvide algo?"...Fernando que ya se levantó de su asiento, se asoma por la puerta de la cocina y le grita:
- ¡Si de veras te interesaras en mí, te habrías acordado!...
- ¡Y sigues haciéndote la víctima, siempre te haces la víctima!"- lo interrumpe Patty.
- ¡Yo nunca me hago la víctima, solo estoy diciendo la verdad!
- Claro que siempre te haces la víctima o que no te acuerdas el otro día cuando ...
La mayoría de las discusiones entre las parejas comienzan por una nimiedad y van creciendo a medida que los ánimos se van caldeando y por lo general, se termina discutiendo por cosas que nada tienen que ver con el asunto por el que empezó la discusión. ¿Por qué pasa ésto?. Ponerse a la defensiva, interrumpir, usar el sarcasmo, sacar "trapitos al sol"...son ingredientes que transforman una discusión en pelea. Una discusión en sí no es una pelea, es un intercambio de opiniones, de ideas o una exposición de sentimientos, que no tiene por qué subir de tono, si cada parte acepta su responsabilidad en el asunto y comprende y perdona los errores de su pareja. Una discusión debe terminar siempre en un acuerdo, no en una pelea. No se trata de ganar o perder, se trata de encontrar una solución que beneficie a los dos. Esto es señal de madurez. Cuando no hay madurez en la relación, no se llega a ninguna solución, el hombre sale de la casa dando un portazo y la mujer se queda tragándose su rabia. Esta actitud demuestra que ninguno de los dos dejó su orgullo de lado y trató de encontrar la solución del problema. Esto da pie a que nazca el rencor, el resentimiento, el deseo de desquitarse de alguna manera. La Biblia dice claramente: "Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados (Efesios 4:26 NVT), lo cual quiere decir que nunca deben irse a dormir enojados. Tampoco se justifica que siempre se termine peleando a causa del carácter de alguno de los dos (o de ambos). No es pretexto decir "es que soy de carácter fuerte". Dios moldea el carácter de las personas que se lo permiten. Cuando alguien reconoce que tiene mal carácter, que por cualquier cosa se enfada, afectando sus relaciones con los demás, y quiere dejar de ser así, puede pedir la ayuda de Dios, El lo puede cambiar.
Los problemas económicos, los celos, los hijos, los problemas domésticos, son algunas de las causas por las que discute una pareja, pero sea por la razón que sea, nunca deben ofenderse el uno al otro, ni recordarle a la pareja errores del pasado que no vienen al caso, tampoco usar el "tú siempre...." o el "tú nunca...". Lo único que importa es encontrar la solución al problema, lo cual será menos difícil y más rápido, si no pierden el tiempo en culparse mutuamente y hacer más grande el asunto.

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