Monday, July 24, 2006

COMO COMENZAR UNA RELACION CON DIOS





COMO COMENZAR UNA RELACION CON DIOS


. ¿Cómo se relaciona una persona con su Creador? ¿Cómo llegamos a conocer a Dios?
La Biblia, el libro más maravilloso en el mundo, señala el camino a Dios con cuatro verdades fundamentales. Veamos cada una de estas señales detalladamente.
1) Nuestra Condición espiritual: Totalmente depravada
" No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, No hay quien busque a Dios; Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, No hay ni siquiera uno." (Romanos 3:10-12)
Todos somos pecadores, no existe una sola persona en este mundo que pueda decir que nunca ha pecado. Esto no significa que hemos cometido todo tipo de atrocidades. No somos tan malos como podemos ser, solamente estamos tan mal como podemos estar. El pecado altera todos nuestros pensamientos, motivos, palabras, y acciones. Todo alrededor de nosotros lleva las huellas manchadas de nuestra naturaleza pecaminosa. A pesar de nuestros mejores esfuerzos para crear un mundo perfecto, las estadísticas de crímenes continúan subiendo vertiginosamente.
Algo ha ido terriblemente mal en nuestra sociedad y en nosotros mismos, algo mortal, y ésto es el pecado. Pablo dijo en su carta a los Romanos, "La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23): nuestra muerte emocional y física a través de la destructividad del pecado, y nuestra muerte espiritual, según la sentencia justa de Dios por nuestro pecado. Esto nos lleva a la Segunda señal: el carácter de Dios.
2) El carácter de Dios: Infinitamente santo
Nuestra propia conciencia de que las cosas no son como deberían ser, nos indica una norma de bondad más allá de nosotros. La norma es Dios mismo. Y la norma de santidad de Dios contrasta severamente con nuestra condición pecaminosa.
Las Escrituras dicen que "Dios es luz, y ningunas tinieblas hay en El" (1 Juan 1:5). Él es absolutamente justo; lo cual crea un problema para nosotros. Si Él es tan puro, ¿cómo podemos nosotros que somos tan impuros relacionarnos con Él?
Quizás pudiéramos tratar de ser mejores personas, tratar de inclinar la balanza a favor de nuestras buenas obras. Pero nadie es lo suficientemente bueno, nadie es lo suficientemente puro y nadie lo suficientemente santo, como para poder estar en la presencia de Dios.
3) La necesidad de un Redentor
Somos pecadores por naturaleza, pecadores por elección, tratando de levantarnos por nuestros propios esfuerzos y alcanzar una relación con nuestro Creador Santo. Pero cada vez que tratamos, nos caemos de narices. No podemos vivir una vida suficientemente buena para compensar nuestro pecado, porque la norma de Dios no es "suficientemente bueno"; es perfección. Y no podemos reparar la ofensa que nuestro pecado ha creado sin morir por él. Solo alguien que pudiera vivir perfectamente, honrando la ley de Dios, y pagara la pena de muerte del pecado por nosotros, podría redimirnos de nuestro pecado ¿Pero existe tal persona? Gracias a Dios, ¡Sí! : Jesucristo. ¡Él es Aquel que tomó el lugar de la muerte por ti!
Dios hizo al que no conoció pecado, Jesucristo, hecho pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. (2 Corintios 5:21)
4) La provisión de Dios: Un Salvador
Dios nos rescató enviando a Su Hijo, Jesús, a morir en la cruz por nuestros pecados (ver 1 Juan 4:9-10). Jesús era totalmente humano y totalmente divino, una verdad que asegura Su comprensión de nuestras debilidades, Su poder para perdonar, y Su capacidad de llenar el vacío entre Dios y nosotros (Ver Romanos 5:6-11). En resumen, somos "justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24). Dos palabras en este versículo necesitan una explicación adicional: justificados y redención.
La justificación es el acto de misericordia de Dios, en el cual Él declara justos a los pecadores creyentes, mientras ellos aún están en su condición de pecadores. La justificación no significa que Dios nos hace justos, para que nunca pequemos de nuevo, mas bien Él nos declara justos al igual que un juez perdona a un criminal culpable. A causa de que Jesús tomó nuestro pecado sobre sí mismo y sufrió nuestra sentencia en la cruz, Dios perdona nuestra deuda y nos proclama PERDONADOS.
La redención es el acto de Dios de pagar el precio de rescate para liberarnos de nuestra esclavitud al pecado. Siendo cautivos por Satanás, estábamos aprisionados por las cadenas del pecado y la muerte. Como cualquier padre amoroso cuyo hijo ha sido secuestrado, Dios gustosamente pagó el rescate. ¡Y qué precio Él pagó! Él dio a Su único Hijo para cargar todos los pecados de la humanidad: pasados, presentes, y futuros. La muerte y la resurrección de Jesús rompieron nuestras cadenas y nos hicieron libres para ser hijos de Dios. (vea Romanos 6:16-18, 22; Gálatas 4:4-7). Estas cuatro verdades describen cómo Dios ha proporcionado un camino a Él a través de Jesucristo. Pero Dios no nos forzará a seguirlo. Él no nos arrastrará por un camino por el que no queremos ir. Es nuestra decisión ofrecernos a entrar a una relación con Él, y lo hacemos por fe. "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es regalo de Dios" (Efesios 2:8-9NVI). Aceptamos el regalo de Dios de la salvación sencillamente poniendo nuestra fe solamente en Cristo, para el perdón de nuestros pecados.

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