Wednesday, January 10, 2007

COMO VESTIRSE BIEN



Es muy interesante observar como se visten las personas. Algunas, siempre lucen elegantes, haga frío o calor. Otras, visten de manera más casual y otras visten su uniforme de trabajo. Pero, ¿qué podemos leer en la Palabra respecto al vestido?. Nuestra fiel e inseparable amiga, la Biblia, nos da sabios consejos y ciertos lineamientos al respecto.
En Deuteronomio 22:5 se nos dice que la mujer no debe usar traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque es abominación a Jehová cualquiera que hace esto. Así es, mi amiga, que es mejor guardar la femineidad y no vernos descuidadas, hombrunas y poco atractivas. Además, el no vestirnos de acuerdo a lo que somos, dama o varón, ofende a nuestro Dios.
En Eclesiastés 9:8 recibimos la recomendación de que en todo tiempo sean blancos nuestros vestidos y que nunca falte ungüento sobre nuestra cabeza. Pero, ¿será que esto implica que siempre usemos ropas blancas? ¡Claro que no! Lo que la Biblia nos dice es que cuidemos de no manchar nuestras vestiduras con el pecado, sino que nos propongamos mantenernos alejados del pecado y de la contaminación del mundo. Nuestra vida tiene que ser transparente, a fin de que nuestro estilo de vida honre al Señor. Si tú has manchado tu alma con el pecado, hoy es el tiempo de lavarla con la sangre de Cristo, que es lo único que puede blanquear nuestros pecados y desarraigarlos de una vez por todas.
El apóstol Pablo, instruyendo al joven Timoteo (1 Timoteo 2:9) le recomienda lo siguiente: "Y que las mujeres, igualmente, se vistan y comporten decente, modesta y sencillamente. La mujer cristiana ha de resaltar, no por la manera en que se arregle el cabello, ni por el lujo de sus joyas o vestidos, sino por su amabilidad y bondad". Esta Palabra nos indica que a Dios le importa más nuestro corazón, nuestra actitud ante El y para con los demás. He conocido personas que visten muy modestamente, pero son tan serviciales, tan amorosos, que su pobre vestimenta no cuenta y lo que brilla es ese amor fraternal que comparten con dulzura y solicitud. ¡Qué bueno que Dios no se fija en la apariencia, sino en nuestro corazón! Pedro nos dice que la mejor belleza es la que se lleva dentro; no hay belleza más perdurable ni que agrade más a Dios que la de un espíritu afable y apacible. Esa era la belleza que ostentaban aquellas santas mujeres de la antigüedad que confiaban en Dios y se acomodaban a los planes de sus esposos (1 Pedro 3:3-5, la Biblia al día)
Queridos amigos, no atormentemos a nuestros papás o esposos, según el caso, diciéndoles que no tenemos "nada que ponernos", mejor echemos un vistazo a nuestra manera de vivir y la paz que resulta de obedecer esta Palabra de Dios nos hará lucir más bonitas y felices. Sin embargo he notado con tristeza, como la televisión se ha encargado de desvirtuar la manera casta y piadosa de nosotras las mujeres. Esas falditas cortas, aunque esté la temperatura bajo cero, esos pantalones tan entallados, esos sweaters que parecen calcomanías y esos escotes que dan miedo. Todo eso no debería verlo nadie, menos las niñas y jovencitas que crecen pensando que vestirse así es lo correcto. ¡Nada de eso! No hay necesidad de resaltar ni de enseñar nada, para llamar la atención. Por favor amiga, no des lugar a que los varones tengan malos pensamientos. Si te vistes "a la moda" o como los supuestos artistas, lo único que vas a conseguir es que te lancen un piropo grosero o un silbido grotesco. No te lo digo por anticuada o aguafiestas, te lo digo por tu bien y para que tu manera de vestir dé gloria a Dios y no lugar al enemigo. Vistámonos de amor, que es el vínculo perfecto (Colosenses 3:14) Vistámonos como escogidos de Dios, santos y amados (Colosenses 3:12) ¨Vestíos del Señor Jesucristo y no proveáis para los deseos de la carne". (Romanos 13:14)
Amiga lectora, tampoco vamos a exagerar y a vestirnos como las mujeres de Medio Oriente, cubiertas de una tela oscura de la cabeza a los pies, por mandato. Debemos usar nuestra coquetería, sana y honestamente. Este tema es muy serio para Dios, porque en Apocalipsis, el Señor habla insistentemente sobre la blancura de nuestros vestidos. Checa el dato: "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas" (Apocalipsis 3:4) Bueno amigas, no echen esto en saco roto. Hasta pronto.
Su amiga Judith Patiño N.

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