Monday, November 12, 2007

EL BIEN Y EL MAL


"¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ¡Ay de los que se consideran sabios, de los que se creen inteligentes!". Isaías 5:20-21 (N.V.I.)
Todos los seres humanos sabemos que existe una diferencia entre el bien y el mal, pero no todos en este mundo tienen una idea clara de lo que es bueno y lo que es malo. Lo que es bueno para algunos, para otros no lo es y viceversa. Hay cosas que antes se consideraban malas y ahora se aceptan como buenas. ¿Es posible que el concepto del bien y del mal esté cambiando?
Algunos, sobretodo los jóvenes, consideran pasados de moda algunos valores morales. El simple término "valores morales", indica que nos estamos refiriendo a algo valioso, pero las ideas y actitudes modernistas se han encargado de restarles valor.
Hoy la frase más socorrida a modo de autojustificación, es: "¿qué tiene de malo?, todos lo hacen". El hecho de que una mala acción sea praticada por muchos, no la hace buena. Actualmente es lo más "normal" que las parejas tengan relaciones íntimas antes del matrimonio, pero para Dios sigue siendo pecado. El aborto ha sido legalizado en algunos países, pero para Dios sigue siendo un crimen. Los matrimonios homosexuales son aceptados por la sociedad, pero para Dios siguen siendo perversión...
El mundo está elevando su propio criterio por sobre el de Dios. Es increíble lo que puede llegar a pensar una persona que desconoce las Escrituras, ante el tema del pecado. Su reacción es ponerse a la defensiva y negar el pecado. Justifican el pecado afirmando que Dios no puede pensar que "eso" sea pecado. "Adornan" el pecado, por ejemplo: "No creo que Dios piense que tener relaciones antes del matrimonio sea pecado, porque El habla del amor y el sexo es un acto de amor". Tergiversan, disfrazan y sacan sus propias conclusiones, las cuales no pueden estar más lejos de lo que Dios expresa en Su Palabra.
La llamada Nueva Era y otras filosofías ensalzan al hombre y lo llevan a creerse un dios. Los líderes de estas sectas saben lo que el hombre quiere oír. ¡El hombre no quiere oír que es un pecador! El hombre quiere oír que es lo máximo, que es único y que lo sabe todo. Quiere oír que no tiene por qué sujetarse a nadie ni obedecer ningún mandamiento. Quiere tener sus propias ideas, según lo que le guste y convenga y creer en él mismo, con quien nunca va a estar en desacuerdo.
El hombre no tiene facultad para decidir lo que es bueno y lo que es malo, pues esa decisión estará basada en su propia conveniencia. El único que tiene toda la facultad para decir qué es bueno y qué es malo, es Dios y Dios no cambia, los mandamientos que El escribió en las tablas de la ley, siguen vigentes, no han pasado de moda, aunque algunos así lo quieran hacer ver. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y lo que El dice que es malo, es malo ayer, hoy y siempre.
Somos libres para elegir, pero debemos tomar en cuenta que aunque todo nos es lícito, no todo nos conviene. Cuando vamos en contra de lo que Dios dice, siempre hay consecuencias y creamos o no creamos que lo que hacemos es pecado, si es pecado para Dios, recibiremos el castigo.
La Biblia siempre fue un libro atacado, porque dice las cosas por su nombre, porque desenmascara la naturaleza pecaminosa del hombre, pero a pesar de todo, sigue transformando vidas y siendo bendición para muchos. Es el libro sagrado, que contiene las verdades del universo y del ser interior del hombre. El único que dice que existe un ser superior que conoce lo más íntimo del hombre, su corazón. Y también que promete el perdón y la salvación de las almas que se arrepienten de sus pecados.
Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Juan 16:8 (R. V.)
Está escrito: «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios.» Romanos 14:11 (N.V.I.)
Angélica García Sch.

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