Friday, September 08, 2006

MIRAD LAS AVES DEL CIELO



MIRAD LAS AVES DE LOS CIELOS

Cuando se vive en una ciudad donde prevalecen las calles de asfalto, banquetas, edificios, casas con muy pocas áreas verdes, difícilmente se podrá disfrutar las maravillas que nos ofrece la naturaleza siendo una de ellas el cantar de las aves. Quienes viven en el campo o cerca de donde hay grandes árboles tal vez, ya estén tan acostumbrados a oírlas que no les dan la debida importancia.
Esta región donde vivimos tiene un clima extremoso: en invierno mucho frío y en el verano mucho calor, por lo tanto tenemos diferentes tipos de aves incluyendo las que emigran, como las golondrinas y otras especies. Al inicio de la primavera y al término del otoño es cuando podemos disfrutar de temperaturas climáticas más agradables y estos cambios afectan también a las aves y su canto también está acorde con ellos.
En la época invernal extraño ese hermoso cantar por los trinos diferentes que emiten según su especie que me recuerdan la diversidad de idiomas y dialectos que tenemos los seres humanos para comunicarnos entre nosotros y también las diferentes formas de alabanza a nuestro Creador. En el patio de la casa hace años plantamos un pino que ahora es grande, alto y frondoso, siendo el lugar preferido de diferentes clases de pájaros. Entre ellos sobresale el canto de un senzontle que me hace recordar a quienes Dios ha dotado de una voz privilegiada, armoniosa, que es muy notoria en cualquier grupo coral. Si tú tienes ese don no lo desperdicies y úsalo para darle gloria a quien te lo concedió.
Cuando asome la preocupación o intensa ansiedad a tu vida, de tal manera que te haga sentir depresión, extrema angustia o stress por una situación difícil en el seno familiar, los problemas políticos, económicos o sociales de nuestro país y del mundo, date tiempo para oír el canto de las aves, que nos recuerda constantemente lo que fue dicho por El Señor Jesucristo según el pasaje de Mateo 6:26 que a la letra dice: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? " Estas palabras fortalecen nuestra fe en el Dios vivo, verdadero, todopoderoso en quien creemos. Si El cuida de las aves, tendrá especial cuidado de nosotros, por lo tanto no nos afanemos por el mañana porque tenemos un Padre amoroso, proveedor, lleno de misericordia, que está atento a toda su creación y especialmente al clamor de los que le temen y guardan Su nombre.

Landy Q. de Ortiz

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