CULTO A LA MUERTE

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida". Juan 5:24
El miedo a la muerte es una sensación que se ha adueñado de los seres humanos, a todo lo largo de la historia. La incertidumbre de no saber que les espera después de morir, llena de angustia a muchas personas. La muerte es algo de lo que muchos no desean hablar, pero es algo inevitable y cuando llega, no hace distinciones ni excepciones. Sin embargo, existen devotos de la muerte, que la veneran y le rinden culto y hasta le adjudican milagros. El culto a la muerte reúne elementos del pasado prehispánico, culto al reino de los muertos y sus dioses y elementos religiosos, como ídolos y ritos con los que los fieles creen entrar en contacto con los ángeles, santos y con Dios mismo.
El culto a la "Santa Muerte" data de finales del siglo XIX. En la ciudad de Córdoba, Veracruz, existió un chamán, a quien según cuentan, se le "apareció" la muerte y le pidió que difundiera su culto. Desde entonces, la muerte comenzó a ser considerada una deidad protectora y hacedora de milagros, la cual es venerada no solo en México, sino también en el sur de Estados Unidos, Centro y Sudamérica. Inicialmente, los devotos eran ladrones, criminales, prostitutas, delincuentes comunes, que le pedían ser librados de la cárcel. Pero actualmente, el culto tiene adeptos de diferentes índoles, donde se cuentan representantes de la policía, políticos y principalmente, narcotraficantes. El bajo mundo tiene una característica común a todos los que lo integran: no son muy religiosos, pero tampoco se dicen ateos, entonces a alguien tienen que venerar y se inclinan a la superstición y la chamanería. La imagen de la santa muerte, también se ve acompañada de fotos de Jesús Malverde, el "santo" de los narcotraficantes y las ofrendas suelen ser cigarros de marihuana. En México existen tres templos importantes en donde se le rinde culto a la muerte y hay también diversos lugares a lo largo del país, dedicados a ella. La imagen de la "Santa" muerte, como la llaman, está representada por un esqueleto vestido con túnicas y velos de distintos colores, donde cada color representa un "favor". La figura está adornada con joyas ostentosas, anillos, collares y pulseras. En una mano sostiene una guadaña y en la otra el mundo. También se le adjunta un reloj de arena y una balanza. La creencia popular dice que a la muerte no le gusta que se le llame por su nombre, por lo que sus fieles suelen referirse a ella como "Santísima", "Señora de las Sombras", "Señora Blanca", "Señora Negra", "Niña Santa", "La Parca" y "La Flaca". La imagen de la santa muerte es comercializada junto a los santos tradicionales y estampas religiosas.
Los devotos le dedican un día, el 1o. de Noviembre. La noche del 31 de Octubre, la visten de blanco y le rezan un rosario. Además, cada primer lunes del mes, se reúnen para rezarle y bendecir objetos como imágenes, escapularios, figuras y hasta tatuajes. Su altar se llena de velas, flores y frutas. También hay dinero, bebidas alcohólicas, juguetes, tabaco e incluso drogas. Los creyentes de la santa muerte, le piden toda clase de favores, como trabajo, salud, alimento, amor, pero también venganza, mal para alguien, magia negra y hasta la muerte para un enemigo. A cambio de estos favores, deben hacer una promesa, la cual si no es cumplida, enoja a la santa muerte y las consecuencias pueden ser terribles... Nos preguntamos cómo es posible que una creencia así pueda difundirse y tenga una cantidad considerable de adeptos. La respuesta es: falta de convicciones y la necesidad imperiosa de la gente de creer en algo. El papel principal lo juega la ignorancia de la Palabra de Dios, que no es el mismo Dios que ellos mencionan en sus creencias paganas, sino del Dios que su religión no les enseñó a conocer. Nuestro Dios que es sinónimo de vida y no de muerte, que envió a Su Hijo, quien venció a la muerte, resucitando y mostrándonos que él es el camino y la verdad y ¡LA VIDA!
Jesús dijo: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35) También dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10b) Creemos en un Dios vivo, sinónimo de vida, no de muerte. La muerte, está asociada con el pecado y el pecado, con Satanás, así que de ninguna manera la muerte puede ser santa. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12) Estamos viviendo tiempos en donde falsos profetas arrastran a muchos a una falsa fe, que los llevará hacia un fatal desenlace "Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos" (Mateo 24:11) . Sabemos quién es el que está moviendo los hilos de estos títeres, quien es capaz hasta de hacer milagros engañosos, con tal de desviar de la verdadera fe a todas estas personas que caen en sus trampas, quienes terminan siendo devotos de sectas, venerando a la muerte o a falsos dioses. El gran embustero, el gran engañador, el padre de mentira, el diablo, es el artesano que moldea a su gusto y conveniencia las mentes de aquellos que arrastran a otros hacia estos cultos demoníacos. "Pero el Espíritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de Cristo y se convertirán en entusiastas seguidores de ideas falsas y doctrinas diabólicas" (1 Timoteo 4:1, Biblia al Día) Jesús nos ofrece la vida eterna. La muerte no puede ofrecer vida. Por unos cuantos "favores" (engaños del diablo) mucha gente se está perdiendo, ¡2.000.000 en México solamente! y su destino será la muerte eterna. ¿Qué estamos haciendo para evitarlo? Estas almas pueden ser rescatadas, aun es tiempo. Difundamos la Palabra de Dios, de todos los modos posibles, para que los depredadores de la fe, siervos de Satanás, no sigan sembrando mentira, especialmente en nuestro país y oremos para que los ojos de estas personas sean abiertos y puedan ver la luz.
"Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá".
Juan 11:25

Angélica García